¿Se puede mentir en la Cámara Gesell?

Descubrir si un niño está mintiendo puede ser un reto, especialmente en situaciones sensibles como entrevistas judiciales o evaluaciones psicológicas.

En este artículo, exploraremos cómo los especialistas detectan mentiras en niños, qué factores pueden influir en sus respuestas y cómo acompañar a los menores durante el proceso.

Cuando los niños son entrevistados en situaciones judiciales o psicológicas, es fundamental entender que sus respuestas pueden estar influenciadas por diferentes factores, como el miedo, la confusión o la presión de los adultos.

Los psicólogos forenses utilizamos herramientas y técnicas especializadas para evaluar la veracidad de los testimonios infantiles. A través de preguntas abiertas, juegos y observación del comportamiento, podemos detectar incongruencias en las historias y patrones que podrían indicar falsedad o manipulación.

En este artículo, analizamos las estrategias más efectivas para detectar mentiras en niños y cómo estas herramientas son utilizadas en contextos judiciales y psicológicos.

Si necesitas asesoramiento especializado para un caso que involucre a niños o quieres conocer más sobre analisis del testimonio en menores, contáctanos. Ofrecemos consultoría para abogados, estudios jurídicos y familias, con un enfoque en la psicología forense para asegurar que cada caso sea tratado con la sensibilidad y profesionalismo que requiere. Estamos disponibles para brindar apoyo en todo el proceso judicial.

¿Qué significa detectar mentiras?: el análisis de la validez y confiabilidad del testimonio.

El análisis de la credibilidad en los testimonios de menores es crucial en el ámbito judicial, especialmente en casos de abuso o violencia. Aquí te explicamos, de manera sencilla, cómo se determina si un testimonio es confiable y válido, usando criterios específicos y ejemplos claros.

Consistencia Interna

La consistencia interna se refiere a la coherencia del testimonio del menor a lo largo del tiempo. Un testimonio creíble debe ser consistente en términos de detalles y narración, sin cambios significativos que no puedan explicarse por el desarrollo natural de la memoria o el estrés del interrogatorio.

Por ejemplo, si un niño dice que «esto pasó en el parque» y más tarde dice «sucedió en mi casa», eso sería inconsistente.

Los detalles importantes deben mantenerse iguales para que el testimonio sea considerado confiable.

Además, se espera que la narrativa del menor sea congruente en diferentes entrevistas, incluso si se hacen con cierto tiempo de separación.

La consistencia en la narración muestra que el niño está recordando hechos verdaderos y no fabricados. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ligeras variaciones pueden ocurrir debido al estrés o al desarrollo natural de la memoria, y estos deben ser evaluados cuidadosamente por profesionales.

Espontaneidad

La espontaneidad se refiere a cómo el niño relata su historia. Un relato creíble no debería parecer ensayado. Si un niño habla de manera natural y sin pausas largas como si estuviera recordando, es más probable que esté diciendo la verdad.

Por ejemplo, un niño que espontáneamente menciona «y entonces, vi un auto rojo» sin que se le pregunte directamente por detalles adicionales puede estar proporcionando un testimonio más creíble.

La espontaneidad también puede observarse en la forma en que el niño introduce detalles inesperados o secundarios que no parecen planificados. Este tipo de detalles suelen surgir de recuerdos genuinos y no de historias fabricadas. Es fundamental que el entrevistador permita al niño hablar libremente, sin interrumpir ni guiar demasiado la conversación, para evaluar adecuadamente la espontaneidad del relato.

Detallismo

Los detalles específicos hacen que un testimonio sea más creíble. Por ejemplo, si un niño dice: «La persona llevaba una camiseta azul con un dibujo de un perro», esos detalles específicos ayudan a creer en su relato.

Cuantos más detalles recuerde y describa, más probable es que su historia sea verdadera. Los detalles periféricos y sensoriales, como olores, sonidos, y sensaciones físicas, son indicadores fuertes de veracidad, ya que son difíciles de inventar y suelen estar basados en experiencias reales.

Además, la capacidad del niño para recordar y relatar detalles específicos sobre el entorno, las acciones y las interacciones puede fortalecer la credibilidad de su testimonio. Sin embargo, es importante recordar que la ausencia de ciertos detalles no necesariamente implica falta de veracidad, ya que el estrés o el trauma pueden afectar la memoria del niño.

Afectividad y Emoción

La manera en que un niño muestra sus emociones puede indicar si está diciendo la verdad. Si un niño parece triste o asustado cuando describe un evento traumático, sus emociones coinciden con la naturaleza de la historia.

Por ejemplo, si un niño llora o muestra señales de ansiedad al hablar sobre el abuso, esto puede ser un indicio de que está recordando un evento genuinamente traumático.

Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que algunos niños pueden no mostrar emociones fuertes debido al trauma o a mecanismos de defensa. Es importante que el entrevistador observe no solo las respuestas emocionales directas, sino también señales más sutiles de angustia, como cambios en el tono de voz, lenguaje corporal y expresiones faciales. La congruencia entre la narrativa y la emoción es un fuerte indicador de veracidad.

Contexto y Coherencia Externa

El testimonio debe ser coherente con otros hechos conocidos. Por ejemplo, si un niño dice que ocurrió en una fecha específica y hay pruebas (como registros escolares) que muestran que estaba en otro lugar, esto puede cuestionar la validez del testimonio.

La coherencia externa implica que el relato del niño debe encajar con las pruebas físicas y los testimonios de terceros disponibles.

La concordancia con los informes médicos, registros de asistencia escolar y declaraciones de otros testigos fortalece la credibilidad del testimonio del menor. Es esencial que los investigadores verifiquen los detalles proporcionados por el niño con evidencia externa para asegurarse de que el relato sea consistente con la realidad de los eventos.

Verosimilitud

La verosimilitud significa que la historia debe ser plausible. Aunque los detalles inusuales no necesariamente desacreditan un testimonio, la historia en general debe tener sentido. Por ejemplo, un niño que describe algo muy improbable que contradice lo que se sabe generalmente podría tener su testimonio cuestionado.

Evaluar la verosimilitud implica considerar el contexto general de la historia y la capacidad del niño para comprender y describir los eventos. Los detalles que parecen increíblemente fantásticos o fuera de lo común para la edad y el desarrollo del niño deben ser analizados con cautela. Los expertos deben tener en cuenta el conocimiento y la experiencia del niño para determinar si el relato es plausible y creíble.

Cantidad de Detalles

Los testimonios creíbles suelen contener una gran cantidad de detalles específicos. Por ejemplo, un niño que describe no solo qué ocurrió, sino también cómo, cuándo y dónde, incluyendo detalles como la hora del día, el entorno, y acciones específicas, proporciona un testimonio más creíble.

La riqueza de los detalles es un fuerte indicador de que el relato es genuino, ya que es difícil para los niños inventar tantos detalles sin inconsistencias.

Contexto de Tiempo y Espacio

Detalles sobre dónde y cuándo ocurrieron los eventos ayudan a validar la historia.

Por ejemplo, un niño que puede decir «Estaba en el patio trasero a las tres de la tarde y vi pasar un coche rojo» está proporcionando un contexto claro que puede ser verificado. La inclusión de estos detalles específicos de tiempo y lugar fortalece la credibilidad del testimonio, ya que son más difíciles de inventar y mantener coherentes.

Interacciones

Describir cómo otras personas estuvieron involucradas y qué dijeron o hicieron puede apoyar la veracidad del testimonio. Por ejemplo, si un niño dice «Mi amigo Pedro estaba conmigo y él también vio lo que pasó», y esta declaración puede ser corroborada por Pedro, se añade un nivel de credibilidad adicional al testimonio.

Las interacciones detalladas entre personajes del relato proporcionan una estructura narrativa más compleja y difícil de falsificar.

Complicaciones Inesperadas

Detalles inesperados o complicaciones en la historia pueden indicar autenticidad.

Por ejemplo, un niño podría decir «Justo cuando pensaba que todo estaba bien, el perro del vecino empezó a ladrar muy fuerte y asustó a todos». Este tipo de detalles inesperados que no parecen tener una función en la historia principal suelen ser indicativos de un relato genuino.

La presencia de complicaciones que no necesariamente benefician la narrativa refuerza la credibilidad del testimonio.

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