Despido injustificado

Las demandas por despido son un área complicada de las leyes laborales. Un hecho oscuro que todo empleador debe asumir es que sus acciones tienen consecuencias. Me refiero a consecuencias negativas. No se puede despedir a un empleado y darle una palmadita en la espalda, ¡no! hay consecuencias.

Si crees que sólo las personas que se golpean la cabeza en un accidente sufren un trastorno de estrés postraumático, puede que te sorprendas. Dado que el despido es una de las mayores experiencias traumáticas a nivel laboral.

En un despido, los empleados acaban perdiendo su trabajo y su medio de subsistencia, pero además, podrían tener consecuencias psicológicas.

Cuales son las consecuencias emocionales de un despido?

Tras un despido, el empleado puede empezar a mostrar síntomas psicológicos. Aunque el nombre se explica por sí mismo, los daños por angustia emocional pueden abarcar una serie de daños específicos:

• Su nivel de estrés puede aumentar, los dolores de pecho, el insomnio y los ataques de pánico pueden empezar a aflorar.
• Pueden empezar a experimentar una serie de cambios de humor y de ira que normalmente no habrían mostrado y generar relaciones tensas con la familia y los amigos
• La salud mental es algo más que una enfermedad mental, puede ser la ausencia de la fuerza mental para seguir adelante, la pérdida del disfrute de la vida y angustia mental.

Pero para recibir una indemnización por daños y perjuicios emocionales, debe demostrar que la discriminación del empresario -y no algún otro acontecimiento de la vida- causó el daño emocional.

Al tratar de calcular los daños por angustia emocional, un jurado tendrá en cuenta:

• la gravedad del accidente
• la duración del perjuicio
• la gravedad y duración del daño emocional
• si se buscó tratamiento profesional para la angustia emocional (de un psiquiatra, psicólogo, etc.)

Como se defiende la parte demandada?

Cuando un empleado pide una indemnización por daños y perjuicios en una demanda por despido laboral, debera poner en juego sus fundamentos que justifiquen su deterioro en la salud mental.

A partir de esto, probablemente el empleador tratará de demostrar que el daño denunciado fue realmente causado, en su totalidad o en parte, por factores distintos al despido del trabajo.

Por ejemplo, la parte demandada puede solicitar información sobre el historial médico/psicológico, probar acontecimientos vitales dolorosos (como un divorcio, una muerte en la familia, etc.), y/o intentar demostrar que la gravedad del daño emocional alegado es exagerada.

La medida en que un tribunal le permite a la demandada obtener este tipo de información varía segun el caso. Y también depende de la cuantía de los daños emocionales reclamados.

Cuando se reclama un daño emocional más generalizado -que suele equivaler a una indemnización por daños y perjuicios menor-, como el insomnio, la tensión familiar y el daño a la reputación, es menos probable que un tribunal permita a la empresario acceder a esta información sensible.

Pero todo empresario sabe que existen leyes que regulan el despido de un trabajador. Si no se respetan estas leyes, se puede acabar en una reunión de conciliación o, si no se llega a un acuerdo, es posible que haya que visitar el juzgado antes de tiempo.

Lo que podría ser más desalentador que visitar el juzgado o el tribunal de trabajo sería pagar las multas que suponen la indemnización al empleado agraviado.

Entonces, como probar el daño psicologico?

Las dos formas principales de probar los daños por angustia emocional son:

1. que el empleado testifique sobre cómo el despido le causó daños psicológicos
2. que un psicologo o profesional de la salud mental testifique sobre el daño sufrido. En general, cuando se solicitan indemnizaciones más elevadas, es más probable que sea necesario el testimonio de un perito forense para respaldar el aumento de la indemnización.

Testimonio de profesionales médicos o documentos

Los daños psicológicos por pueden probarse, por ejemplo:

• haciendo que un psicólogo, psiquiatra  que lo trate testifique sobre la angustia emocional
• contratando a un perito psicologo experto para que explique cómo el despido lo perjudicó emocionalmente
• presentando pruebas de un psicodiagnóstico de depresión o trastorno de ansiedad
• demostrando que se recetaron medicamentos para tratar la angustia mental.

A medida que aumenta la cuantía de la indemnización por daños y perjuicios emocionales, también aumenta la solidez de las pruebas necesarias para justificar esa indemnización.

Por lo tanto, en general, los daños por angustia emocional pueden probarse cuando se presentan pruebas y/o testimonios médicos, en lugar de contar sólo con el testimonio del empleado, de sus compañeros de trabajo o familiares.

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