Juegos para detectar abuso infantil

Si sospechas que un niño/a está manifestando señales de abuso a través de su comportamiento lúdico, es crucial actuar de inmediato. En nuestro post, te explicamos los juegos postraumáticos y otros indicadores de abuso que pueden surgir en la actividad lúdica de un niño/a afectado. Conocer estos patrones puede ser el primer paso para detectar situaciones de riesgo y buscar la ayuda adecuada.

Si has observado en tu hijo/a señales de juego postraumático u otros comportamientos que puedan estar relacionados con un trauma, como el abuso, es fundamental contar con la evaluación de un profesional especializado.

Somos psicólogos forenses con amplia experiencia en la detección y tratamiento de niños/as que han pasado por situaciones traumáticas, incluyendo el abuso sexual

Juegos para Detectar Abuso Infantil

Detectar indicios de abuso infantil es un desafío tanto en contextos clínicos como en entornos educativos o familiares.

Los niños, especialmente en las primeras etapas de su vida, pueden no ser capaces de expresar verbalmente lo que les sucede, por lo que los juegos, como herramientas no invasivas, pueden ser una vía para acceder a su mundo emocional y descubrir posibles situaciones de abuso.

Aunque los juegos no son diagnósticos concluyentes por sí solos, pueden proporcionar pistas importantes sobre el bienestar emocional de los niños.

Juego Postraumático

El juego postraumático es aquel en el que el niño o niña repite compulsivamente una secuencia de acciones o situaciones durante sus sesiones de juego, sin variaciones, como si estuviera reviviendo el evento traumático una y otra vez.

Este tipo de juego refleja la manera en que el trauma ha impactado profundamente al niño, y cómo intenta procesar o lidiar con la experiencia vivida a través de la repetición constante.

Indicadores en el Juego Postraumático:

• Repetición constante de una misma secuencia o tema en el juego.
• Falta de espontaneidad o creatividad; el niño actúa de manera casi automática.
• El contenido del juego puede reflejar de manera simbólica o literal el trauma sufrido.

Ejemplo clínico: Un niño repetía constantemente el juego donde un vampiro chupaba los genitales de un perrito dormido. Esta secuencia se repetía en casi todas las sesiones durante un año de psicoterapia, mostrando la forma en que el niño intentaba procesar una experiencia traumática a través del juego.

Este tipo de juego puede ser una señal clara de trauma no resuelto, ya que el niño/a no puede salir de la dinámica repetitiva y parece estar atrapado en la experiencia traumática. Para el niño/a, este juego postraumático es una manera de intentar controlar lo que pasó, al menos en su imaginación, pero también es una manifestación de su dificultad para superar el trauma.

Es fundamental que los profesionales que trabajen con niños que manifiestan este tipo de juego comprendan que la repetición no es un simple juego, sino un mecanismo de defensa que requiere intervención terapéutica especializada.

El Juego Sexualizado como Señal de Alerta

Uno de los indicadores abusivos más preocupantes y directos que puede aparecer en la conducta de un menor es el juego sexualizado.

¿Qué es el Juego Sexualizado?

El juego sexualizado es una actividad lúdica en la que el niño/a reproduce actos sexuales explícitos o tiene un conocimiento inusual y adelantado de la sexualidad adulta. Esto puede manifestarse a través de:

• Desnudar muñecos o personas durante el juego y simular relaciones sexuales.
• Usar lenguaje sexual que no es propio para su edad.
• Mostrar una excitación física inusual durante el juego, que puede incluso incluir conductas como la masturbación.

Este tipo de comportamiento es una señal de alerta crítica, ya que los niños, naturalmente, no tienen acceso ni comprensión de la sexualidad adulta a menos que hayan sido expuestos a situaciones inapropiadas o abusivas.

¿Qué Significa el Juego Sexualizado?

El juego sexualizado puede ser un indicador de abuso sexual o de exposición a entornos inadecuados. Los niños que han sido abusados pueden expresar lo vivido a través del juego, ya que el juego es una de sus formas más naturales de procesar emociones y expresar experiencias que no pueden verbalizar de manera directa.

Ejemplos Comunes en el Juego Sexualizado:

• Desnudar muñecos/as y simular relaciones sexuales entre ellos.
• Dibujar genitales en personajes o muñecos durante el juego.
• Imitar actos sexuales observados o vividos, a menudo con una actitud mecánica y carente de comprensión emocional.
• Conductas de excitación física evidente, como frotarse los genitales durante el juego.

¿Por Qué es Preocupante?

El juego sexualizado en un niño/a debe ser motivo de preocupación inmediata, ya que sugiere una posible exposición a actos sexuales, sea de manera directa (como en el caso de un abuso) o indirecta (a través de la exposición a material inapropiado). Este tipo de conducta no forma parte del desarrollo natural del niño, y si se presenta, es necesario actuar con rapidez y consultar a un profesional especializado en abuso infantil.

¿Qué Deben Hacer los Padres?

Si los padres o cuidadores observan comportamientos sexualizados en el juego de un niño/a, es importante:

1. No ignorar la conducta. Aunque puede ser difícil de afrontar, ignorar estas señales puede permitir que una situación de abuso continúe sin intervención.
2. Evitar reacciones punitivas. No se debe castigar al niño/a por este comportamiento. Es crucial mantener un ambiente de seguridad emocional donde el niño/a pueda sentirse protegido/a.
3. Buscar ayuda profesional inmediata. Un psicólogo especializado en abuso infantil podrá realizar una evaluación exhaustiva para determinar si el niño/a ha sido víctima de abuso o está expuesto a situaciones inapropiadas.

La importancia del enfoque profesional

Es importante destacar que, aunque estos juegos pueden sugerir indicios de abuso, no son herramientas diagnósticas concluyentes. Su uso debe estar a cargo de profesionales especializados, como psicólogos forenses o terapeutas infantiles, quienes pueden interpretar las señales de manera adecuada y evitar sobreinterpretaciones.

El abuso infantil es un tema delicado que requiere una evaluación profesional para garantizar que se tomen las medidas adecuadas y que el niño reciba el apoyo necesario.

Si tienes dudas o necesitas orientación sobre este tema, no dudes en consultar a un psicólogo infantil especializado en abuso para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuado.