Los cuerpos hablan y Raffo sabía escucharlos: El legado del mayor médico forense argentino

Descubra la extraordinaria trayectoria del Dr. Osvaldo Raffo, el médico forense que revolucionó la medicina legal en Argentina y cuyo trabajo continúa siendo referencia indiscutible para generaciones de profesionales.

De Parque Patricios al olimpo de la medicina forense

Nacido un histórico 31 de octubre de 1930 en el barrio de Parque Patricios, Osvaldo Hugo Raffo construyó una carrera que lo convertiría en el médico forense más importante de la historia argentina. Hijo de un carnicero, encontró en su infancia las primeras señales de lo que sería su vocación, relacionando sus tempranas experiencias con su posterior especialización en tanatología.

Su ingreso a la Universidad de Buenos Aires en 1957 marcó el inicio de una trayectoria excepcional. Diez años después, ya como médico especializado, comenzaría a forjar una reputación que lo llevaría a intervenir en los casos más significativos y complejos de la criminalística argentina.

El maestro de la escena del crimen

Para Raffo, la escena del crimen era un templo sagrado donde cada detalle, por mínimo que pareciera, podía ser la clave para resolver un caso. Su metodología, caracterizada por una meticulosidad extraordinaria, revolucionó la forma de abordar las investigaciones forenses en Argentina.

Su filosofía era clara: el equipo que interviene en la escena del crimen debe actuar con coherencia y método, bajo una supervisión experta. «Los datos aparentemente irrelevantes pueden ser cruciales», solía repetir, estableciendo un estándar de excelencia que transformó la medicina forense.

Los casos que marcaron época

A lo largo de su carrera, que abarcó más de cinco décadas, Raffo intervino en casos que conmocionaron a la sociedad argentina: Nora Dalmasso, María Marta García Belsunce, José Luis Cabezas, Candela Rodríguez, Ángeles Rawson, la tragedia de Cromañón, María Soledad Morales y Robledo Puch, entre otros. Cada uno de estos casos llevaba su sello distintivo: un análisis minucioso y conclusiones fundamentadas en evidencia científica irrefutable.

El caso Nisman: su última gran batalla por la verdad

Quizás uno de sus casos más resonantes fue el del fiscal Alberto Nisman. Como perito de parte designado por la jueza Sandra Arroyo Salgado, Raffo fue el primero en sostener públicamente que se trataba de un homicidio, desafiando la versión oficial del suicidio. Su investigación meticulosa y sus hallazgos contribuyeron significativamente a la reapertura del caso.

El legado de un maestro

Raffo no solo realizó más de 20.000 autopsias a lo largo de su carrera, sino que también dejó un legado invaluable en forma de conocimiento. Su libro «La Muerte Violenta» se convirtió en texto fundamental para generaciones de criminólogos y médicos forenses, estableciendo principios que siguen vigentes hasta hoy.

Su metodología se basaba en tres principios fundamentales: examinar el lugar del hecho, realizar la autopsia del cuerpo y volver a la escena del crimen. Solo así, sostenía, se podían responder las preguntas esenciales: ¿Qué ocurrió? ¿Quién lo hizo? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?

El final de una era

El 17 de marzo de 2019, la medicina forense argentina perdió a uno de sus máximos exponentes. Raffo, quien había dedicado su vida a buscar la verdad en los cuerpos de quienes ya no podían hablar, dejó un vacío imposible de llenar en la disciplina.

Su legado, sin embargo, vive en cada profesional que aplica sus enseñanzas y metodologías, en cada investigación que se realiza con la meticulosidad que él predicaba, y en cada caso que se resuelve siguiendo sus principios.

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