«La madurez aparece cuando empezamos a preocuparnos más por los demás que por nosotros mismos».-.
Albert Einstein
Hay muchos mitos en torno a los temas de la madurez y la inmadurez.
A la gente no le gusta ser encasillada o etiquetada. Cada uno de nosotros es una mezcla única. Somos ignorantes y sabios, infantiles y concienzudos, y todo ello simultáneamente.
Sin embargo, cada característica destaca más que las otras en diferentes momentos.
Que es la madurez?
La madurez tiene beneficios obvios, como hacerte una persona más funcional. Socialmente, las personas maduras son generalmente más apreciadas, aunque no es una simple cuestión de tratar de ser lo más maduro posible.
La madurez es como ser amable en el sentido de que si estás por debajo de la media en ella puedes ser desagradable, pero una vez que estás en un nivel normal, si lo superas no ganas una tonelada de puntos extra. L
a gente aprecia la madurez y la amabilidad, pero no es el principal factor que consideran al decidir si disfrutan de la compañía de alguien.
Algunos comportamientos inmaduros son peores que otros. Algunos son incuestionablemente desagradables. Otros te consideran emocionalmente joven, pero no son tan dañinos. Sólo hacen que la gente más madura se ría para sí misma y piense, «Ah, recuerdo haber sido así en el pasado».
La madurez es relativa. Si eres más joven, no necesitas ser un sabio anciano de la aldea. Sólo apunta a no ser molesto e infantil comparado con todos los demás a tu edad. Simplemente porque también son jóvenes, tus compañeros no habrán superado muchos de sus propios rasgos inmaduros. Puedes terminar sintiéndote alienado si desprecias cualquier indicio de inmadurez y tratas de ponerte por encima de todo.
Además, la madurez sólo te ayuda si eres verdaderamente maduro, no actuando como una aburrida caricatura de ella. La madurez no significa convertirse en un palo serio en el barro que nunca hace tonterías ni se desahoga. No significa vestirse como un contador y quedarse todos los fines de semana para ver documentales de guerra. Alguien no es necesariamente tan maduro sólo porque haya marcado hitos como comprar una casa o tener hijos.
Que es inmadurez?
Podríamos definir la inmadurez emocional como una condición en la que una persona no ha renunciado a los deseos o fantasías de su infancia. Estos deseos y fantasías tienen que ver con que son el centro del universo. También pueden implicar «doblar» la realidad para que sea lo que ellos quieren.
Inmadurez emocional
A continuación, repasaremos una lista de cinco rasgos característicos de la gente emocionalmente inmadura.
1. Las personas emocionalmente inmaduras son egocéntricas
Mucho de crecer consiste en entender que el mundo no gira a tu alrededor. Un bebé no entiende este hecho. Por eso llora por comida a las 2 de la mañana y no le importa si despierta a sus padres. A medida que crece, aprende que no siempre va a conseguir todo lo que quiere. También aprende que otras personas existen, con sus propias necesidades.
Madurar implica liberarnos de las cadenas de nuestro ego. Significa perder esa ilusión en la que vive un bebé. Un bebé piensa que las necesidades y los deseos se satisfacen sólo con el llanto. Poco a poco ganamos comprensión, y es entonces cuando se abre un nuevo y hermoso mundo.
La aventura de explorar los mundos de otras personas. Y si todo va bien, aprendemos a preservar nuestro ego mientras lo hacemos.
2. La gente emocionalmente inmadura tiene problemas con el compromiso
Un signo inequívoco de inmadurez es la dificultad con el compromiso. Los niños tienen dificultades para prescindir de lo que quieren en un momento dado para lograr un objetivo más importante a largo plazo.
Si le damos un malvavisco a un niño pequeño y le prometemos que le daremos otro más tarde si no se come el primero, el deseo de comer el que tiene en su mano ahora mismo ganará.
A medida que maduramos, aprendemos que los sacrificios y las restricciones son un mal necesario para lograr nuestros objetivos. También aprendemos que comprometerse con un objetivo o incluso con una persona no limita nuestra libertad. Es simplemente una condición que acordamos para nuestros objetivos a largo plazo.
3. Las personas emocionalmente inmaduras tienen una tendencia a culpar a los demás
Los niños se ven a sí mismos como seres controlados por otros. Piensan que no actúan por su propia voluntad. Tienen razón en gran medida, ya que todavía están creciendo y convirtiéndose en parte de la sociedad. Cuando los niños son jóvenes, piensan que los errores deben llevar a la culpa. No les importa el daño que han hecho. En cambio, sólo les importa el castigo.
Crecer significa dejar ir a ese dulce irresponsable. Madurar significa entender que somos los únicos responsables de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. Significa aprender a reconocer nuestros errores y aprender de ellos. Y saber cómo reparar el daño que hacemos. Saber cómo pedir perdón.
4. Las personas emocionalmente inmaduras tienen relaciones de dependencia
Para la gente inmadura, los otros son medios para un fin y no el fin en sí mismos. En otras palabras, la gente inmadura necesita a los demás, como los medios que son. No necesitan a los demás porque los aman, sino porque los necesitan. Por lo tanto, tienen tendencia a tener relaciones altamente dependientes.
Una chica tiene un pez flotante brillante con una correa.
La autonomía es necesaria para las relaciones basadas en la libertad. Sin embargo, el concepto de autonomía no está claro para la gente inmadura. Pueden pensar que hacer lo que quieren es un comportamiento autónomo. Pero cuando llega el momento de asumir la responsabilidad de sus acciones, necesitan que otros compartan o aligeren la responsabilidad.
5. Las personas emocionalmente inmaduras son irresponsables con el dinero
La impulsividad es uno de los rasgos emocionales más notables de la gente inmadura. Muchas veces, esa impulsividad se expresa en la forma en que manejan sus recursos, como el dinero. Así que como sólo se preocupan por satisfacer sus deseos, y lo más rápido posible, no dudan en comprar cosas que no necesitan con dinero que no tienen.
A veces asumen locos riesgos financieros. No evalúan objetivamente las inversiones y les cuesta hacer proyecciones a largo plazo. Debido a esto, es común que este tipo de personas se encuentren endeudadas. Y todo esto sólo para satisfacer sus caprichos.
Ninguno de estos rasgos de inmadurez están ahí por una decisión consciente. La mayoría de las veces, están ahí por la infancia del individuo. También pueden ser la consecuencia de pasar por algo desafortunado.