Régimen de Visitas de Padres Separados

El régimen de visitas es uno de los aspectos más sensibles y cruciales en los casos de derecho familiar en Argentina. A lo largo de este artículo, exploraré qué implica este régimen, la importancia del rol del perito psicólogo en estos casos, y cómo los tribunales de familia toman decisiones orientadas al bienestar emocional y psicológico de los hijos.

Tras una separación o divorcio, los padres deben establecer un acuerdo que permita al progenitor no conviviente mantener una relación cercana y significativa con sus hijos. Este proceso no solo implica la logística de las visitas, sino también aspectos emocionales y legales que protejan el interés superior del niño, que siempre es la prioridad en cualquier decisión judicial.

Como perito psicólogo forense, he participado en numerosos casos donde la evaluación psicológica juega un papel clave para determinar las mejores condiciones para el régimen de visitas.

 

¿Qué es el Régimen de Visitas?

El régimen de visitas (o régimen de comunicación) es el derecho que tiene el progenitor que no convive con el hijo a mantener contacto regular con él, permitiéndole continuar ejerciendo su responsabilidad parental. Este contacto no solo es un derecho de los padres, sino también de los hijos, ya que tienen el derecho de mantener una relación con ambos progenitores.

Este régimen puede ser acordado de manera amistosa entre los padres, o bien establecido por un juez si no hay acuerdo. Incluye aspectos como la frecuencia de las visitas, la duración y las condiciones bajo las cuales se llevarán a cabo. El objetivo es garantizar que el niño mantenga un vínculo estable con ambos padres, respetando su bienestar emocional, físico y psicológico.

Derechos de los Padres y el Niño

Tanto el Código Civil y Comercial de la Nación como la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, garantizan los derechos del niño a mantener contacto con ambos progenitores. También aseguran que el derecho de visita del progenitor no conviviente debe respetarse, siempre que no haya un riesgo para el bienestar del menor.

Sin embargo, también es importante recordar que el derecho de visitas no es absoluto. El régimen de visitas puede ser restringido, modificado o incluso suspendido si hay motivos graves, como situaciones de violencia familiar, abuso, o si el contacto resulta perjudicial para el niño.

En estos casos, la justicia de familia evaluará con la ayuda de profesionales, incluidos los peritos psicólogos, si es necesario supervisar las visitas o adoptar medidas especiales para proteger al menor.

Tipos de Régimen de Visitas

Cada modalidad de visitas —libres, programadas o supervisadas— tiene sus propios beneficios y desafíos.

Es fundamental que, en cada caso, se busque siempre lo mejor para el interés superior del niño, priorizando su bienestar emocional y psicológico a lo largo del proceso.

Visitas Libres

Las visitas libres son una modalidad de régimen de visitas en la que el progenitor no conviviente puede ver a su hijo sin restricciones de horario ni días preestablecidos, siempre y cuando se respete la rutina y las necesidades del niño. Este tipo de visitas, en muchos casos, es aplicable cuando hay una buena relación entre los padres y ambos confían en que el contacto con el otro progenitor es saludable y en beneficio del niño.

En un contexto de visitas libres, la flexibilidad es clave, ya que permite al progenitor no conviviente adaptar sus encuentros con el niño en función de sus propios compromisos laborales o personales, y también en función de las actividades del niño, como la escuela o actividades extracurriculares. Sin embargo, esta modalidad requiere un alto nivel de cooperación y comunicación entre los progenitores, ya que ambos deben ser capaces de coordinar sin que surjan malentendidos o conflictos.

Beneficios de las Visitas Libres

  1. Flexibilidad: Permite que los encuentros se ajusten a los horarios de ambos progenitores y del niño, lo que es beneficioso en casos donde los padres tienen trabajos con horarios irregulares o viajes frecuentes.
  2. Facilita una relación más natural: Dado que no existen horarios rígidos, el niño puede sentir que su relación con el progenitor no conviviente es más fluida y natural, en lugar de ajustarse a un calendario estricto.
  3. Adaptabilidad: Este tipo de visitas puede adaptarse a los eventos familiares o situaciones especiales, como vacaciones o celebraciones, sin la necesidad de modificar formalmente un régimen preestablecido.

Uno de los principales desafíos de este tipo de régimen es que puede generar conflictos si uno de los progenitores siente que el otro no está respetando el tiempo o las necesidades del niño. También puede ser problemático si la comunicación entre los padres es deficiente o si uno de ellos no facilita el contacto, lo que podría llevar a malentendidos o frustraciones.

Además, aunque las visitas libres funcionan bien cuando existe una relación de confianza mutua, en casos donde hay desacuerdos o situaciones de conflicto entre los progenitores, puede ser más recomendable establecer un régimen más estructurado para evitar posibles tensiones.


Visitas Programadas

Las visitas programadas implican un acuerdo entre los progenitores, o una decisión judicial, que establece días y horarios fijos para que el progenitor no conviviente tenga contacto con su hijo. Esta modalidad es más común en situaciones donde la relación entre los padres no es tan flexible o cuando es necesario garantizar que el progenitor no conviviente pueda ver al niño de forma regular y previsible.

Un régimen de visitas programadas define claramente los días de la semana, horarios y duración de las visitas. También puede incluir estipulaciones especiales para vacaciones, festividades o eventos importantes, que requieren una planificación más anticipada. Las visitas programadas suelen ser útiles en situaciones donde uno de los progenitores necesita una estructura más clara para asegurarse de que el contacto con el niño se mantenga de manera constante.

Beneficios de las Visitas Programadas

  1. Previsibilidad: Tanto los progenitores como el niño saben exactamente cuándo se producirán las visitas, lo que reduce la incertidumbre y permite planificar de manera más eficiente otras actividades.
  2. Estabilidad emocional para el niño: Un horario fijo puede proporcionar al niño una sensación de seguridad y estabilidad, ya que sabe que verá a su otro progenitor en momentos definidos.
  3. Evita conflictos: Al tener un calendario preestablecido, se minimizan los malentendidos entre los progenitores sobre los horarios o las fechas de las visitas, lo que puede reducir el conflicto.

A pesar de sus beneficios, las visitas programadas pueden ser rígidas, lo que a veces no se ajusta a las circunstancias cambiantes de la vida de los padres o del niño. Por ejemplo, si uno de los padres tiene un trabajo con horarios variables, puede resultar difícil cumplir con el calendario. Además, los eventos imprevistos en la vida del niño, como actividades escolares o citas médicas, pueden entrar en conflicto con las visitas preestablecidas.

En estos casos, es importante que los padres mantengan una comunicación abierta y que haya flexibilidad para adaptarse a los cambios, a fin de garantizar que las visitas se realicen de manera que beneficien al niño y no se conviertan en una fuente de tensión.


Visitas Supervisadas

Las visitas supervisadas son una modalidad especial del régimen de visitas que se utiliza cuando existen preocupaciones sobre la seguridad física o emocional del niño durante los encuentros con el progenitor no conviviente. Este tipo de visitas requiere la presencia de un supervisor, que puede ser un familiar, un profesional especializado o incluso un representante judicial, para asegurarse de que el niño esté protegido durante el contacto.

Las visitas supervisadas suelen ordenarse en situaciones donde hay antecedentes de violencia familiar, abuso, o cuando se ha determinado que el progenitor no conviviente representa un riesgo para el bienestar del niño. También pueden ser necesarias en casos donde el progenitor no conviviente ha estado ausente por un largo período y el niño necesita un proceso de adaptación antes de reanudar una relación más cercana.

Beneficios de las Visitas Supervisadas

  1. Protección del niño: El objetivo principal de las visitas supervisadas es garantizar que el niño esté seguro y protegido, tanto física como emocionalmente, durante el tiempo que pasa con el progenitor no conviviente.
  2. Restablecimiento del vínculo: En casos donde el progenitor ha estado ausente o existe una situación de riesgo, las visitas supervisadas permiten que el niño pueda reconstruir una relación con el progenitor de manera gradual y segura.
  3. Imparcialidad: Al contar con un supervisor neutral, se garantiza que las visitas se desarrollen de manera imparcial, sin que el progenitor conviviente pueda influir en el encuentro.

A pesar de su importancia en ciertos contextos, las visitas supervisadas pueden ser difíciles tanto para el progenitor no conviviente como para el niño. La presencia de un supervisor puede generar tensión o incomodidad, afectando la naturalidad del encuentro entre el padre y el hijo. Además, este tipo de visitas suelen ser más limitadas en cuanto a tiempo y frecuencia, lo que puede dificultar la construcción de un vínculo cercano.

Otro desafío es que, en algunos casos, los progenitores no convivientes pueden sentir que este tipo de régimen daña su relación con el niño, ya que puede percibirse como una forma de desconfianza. Sin embargo, es crucial entender que las visitas supervisadas son una medida temporal y se utilizan para proteger al niño mientras se evalúa su situación.

La Importancia del Interés Superior del Niño

En Argentina, el interés superior del niño es el principio rector en las decisiones sobre el régimen de visitas. Esto significa que el tribunal, al decidir sobre el contacto entre el progenitor y el niño, priorizará el bienestar emocional y psicológico del niño por encima de cualquier otro interés. Este enfoque busca garantizar que el régimen de visitas no cause estrés o inestabilidad emocional en el niño.

Factores como la edad del niño, su estado emocional, la relación preexistente con el progenitor no conviviente, y las dinámicas familiares son evaluados para determinar la mejor modalidad y frecuencia de las visitas.

El Rol del Perito Psicólogo en Casos de Derecho Familiar

El perito psicólogo forense desempeña un papel fundamental en casos de derecho familiar donde se debe establecer un régimen de visitas.

A través de entrevistas, evaluaciones psicológicas y observaciones, el perito puede ofrecer un análisis detallado de las dinámicas familiares y del impacto emocional que las decisiones judiciales pueden tener en el niño.

Evaluación Psicológica de los Padres e Hijos

Uno de los aspectos más importantes en el trabajo del perito es la evaluación psicológica de los progenitores y el niño. Esto permite al juez tener una visión clara sobre el estado emocional de todas las partes involucradas y cómo las visitas pueden afectar al niño.

Evaluación del Progenitor No Conviviente

En el contexto de una evaluación psicológica forense, uno de los aspectos más importantes es analizar si el progenitor no conviviente tiene la capacidad emocional y psicológica para mantener una relación estable y saludable con su hijo. El perito psicólogo lleva a cabo una serie de entrevistas y pruebas para identificar si existen factores de riesgo, tales como antecedentes de violencia familiar, abuso de sustancias o problemas de salud mental, que podrían afectar negativamente al bienestar del niño.

El objetivo de esta evaluación es determinar si el progenitor no conviviente puede cumplir con su rol parental de manera adecuada, respetando las necesidades emocionales del niño y promoviendo un entorno seguro. Además, se considera el nivel de compromiso de este progenitor para participar activamente en la vida del niño, respetando las decisiones judiciales relacionadas con el régimen de visitas.

Si se detectan problemas graves, como conductas violentas o adicciones, el perito puede recomendar visitas supervisadas o incluso la suspensión temporal del régimen de visitas, siempre priorizando el interés superior del niño. La evaluación no solo se enfoca en los aspectos negativos, sino también en las fortalezas del progenitor no conviviente, buscando un equilibrio que permita el mantenimiento de un vínculo afectivo positivo.

Evaluación del Progenitor Conviviente

La evaluación del progenitor conviviente es igual de crucial, ya que su rol implica la facilitación del contacto con el progenitor no conviviente. El perito psicólogo evalúa si este progenitor actúa de manera colaborativa y si está comprometido en permitir que el niño mantenga una relación sana y estable con el otro progenitor, o si, por el contrario, obstaculiza el régimen de visitas.

Uno de los factores que se analiza es la posibilidad de alienación parental, donde el progenitor conviviente, de manera consciente o inconsciente, genera un rechazo injustificado del niño hacia el otro progenitor. La alienación parental puede incluir manipulación emocional, desacreditación del otro progenitor frente al niño, o incluso restricciones en las visitas sin motivos válidos.

El perito también evalúa si el progenitor conviviente es capaz de mantener una comunicación efectiva y si respeta los acuerdos judiciales relacionados con el régimen de visitas. Si el perito detecta patrones de obstrucción sistemática o actitudes hostiles, se puede recomendar la intervención judicial para revisar el régimen de visitas, con el objetivo de garantizar el derecho del niño a mantener una relación equilibrada con ambos progenitores.

Evaluación del Niño

La evaluación del niño es uno de los componentes más delicados en los casos de derecho familiar. El perito psicólogo se centra en analizar el bienestar emocional del niño, su nivel de vinculación con cada progenitor, y cómo el régimen de visitas puede afectarlo en términos psicológicos y emocionales. La edad del niño es un factor clave, ya que los niños más pequeños tienden a necesitar una mayor frecuencia de contacto con ambos progenitores para fortalecer el vínculo, mientras que los adolescentes pueden buscar más independencia en su relación con los padres.

El perito también evalúa el estado emocional actual del niño, buscando signos de estrés, ansiedad o conflictos de lealtad entre los progenitores. Si el niño muestra señales de rechazo hacia uno de los progenitores, el perito analiza si esto se debe a factores externos, como la influencia de uno de los padres, o si responde a experiencias previas negativas con ese progenitor.

El nivel de adaptabilidad del niño a los cambios en el régimen de visitas también se evalúa, ya que el objetivo es evitar que el niño se sienta forzado o estresado por la dinámica de las visitas. El informe del perito psicólogo proporciona una visión detallada sobre las necesidades emocionales del niño, ayudando a los tribunales a tomar decisiones que garanticen su bienestar psicológico a largo plazo.

Emisión de Informes Periciales

Una vez que se han completado las evaluaciones, el perito emite un informe pericial que sirve de herramienta clave para que el juez tome una decisión informada. El informe incluye recomendaciones sobre la modalidad de visitas, si se deben realizar bajo supervisión, o si existen riesgos que puedan poner en peligro el bienestar del niño.

El informe también puede incluir sugerencias sobre la necesidad de terapia familiar o apoyo psicológico para alguno de los involucrados, con el fin de garantizar que el régimen de visitas se implemente de la manera más beneficiosa para el niño.


Servicios Psicológicos y Periciales en Casos de Familia

Como psicólogos forenses especializados en casos de derecho familiar, ofrecemos evaluaciones psicológicas y periciales en situaciones donde se debe decidir sobre el régimen de visitas. Realizamos informes detallados que ayudan a los tribunales a tomar decisiones que siempre prioricen el bienestar del niño. Nuestro enfoque está en garantizar que los derechos del niño y los padres se respeten, sin poner en riesgo la salud emocional y psicológica de los involucrados.

Si estás enfrentando un proceso judicial relacionado con el régimen de visitas y necesitas apoyo psicológico o pericial, contáctanos. Nuestro equipo está aquí para acompañarte y ofrecerte la ayuda necesaria en cada etapa del proceso, siempre con un enfoque ético y profesional.

Temas relacionados

Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial
error

Síguenos en redes sociales!

Follow by Email
Instagram