El trastorno Facticio es la producción, invención o exageración voluntaria de síntomas físicos o psíquicos con el propósito de ganar gratificación interna, como puede ser atención hacia la propia persona que lo padece.

Este Trastorno se expresa en forma de síntomas psicológicos o físicos caracterizados por la necesidad patológica de la persona en asumir el papel de enfermo.

Los trastornos Facticios (a diferencia de la simulación) implican siempre una psicopatología, incluso a veces, un importante trastorno de la personalidad.

Diferencia entre trastorno Facticio y el síndrome de Münchausen

Dentro del grupo de las enfermedades facticias se incluye el Síndrome de Münchausen donde el enfermo que lo padece se traslada de institución en institución sin poder solucionar sus problemas de salud.

El Síndrome de Münchausen (conocido también como Münchausen Adulto o Desorden Facticio Adulto) ha sido considerado como un subtipo del Trastorno Facticio (diagnóstico formal reconocido por el DSM-IV).

La diferencia está en que las personas que padecen el Síndrome de Münchausen simulan de modo consciente los síntomas de un trastorno físico.

Quien padece Síndrome de Münchausen inventa repetidamente enfermedades y suelen ir de médico en médico en busca de tratamiento.

Las motivaciones subyacentes que existen en estos casos son a menudo difíciles de determinar y pueden ser relacionadas con hechos particulares de su vida pasada.

Se ha planteado la existencia de rasgos morbosos en la personalidad de estos enfermos, de masoquismo, de fobias, necesidad de afecto, de ser atendidos, por ser protegidos, de ser el centro de preocupaciones de personas importantes, como los médicos, de ser motivo de confrontaciones y discrepancias entre profesionales.

Están conscientes del hecho de que se están autoprovocando síntomas, pero se encuentran necesitados de hacerlo.

No manifiestan una clara razón de porqué lo hacen, lo que establece probablemente uno de los rasgos más distintivos del Síndrome de Münchausen.

Diferencia con la simulación

Mientras que la Simulación puede considerarse adaptativa y se da en determinados contextos (el soldado que en tiempos de guerra simula una enfermedad para intentar escapar)

En los cuadros de simulación, es importante tomar ciertas medidas de precaución a la hora de emitir un diagnóstico, pero habitualmente sus causas y sus beneficios, son bastante evidentes para un médico con mediana experiencia.

Las circunstancias en las que se da la simulación son las determinantes, no la psicología particular de los individuos.

En la simulación, todo el proceso de motivación y producción de síntomas transcurre de modo consciente.

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