Test de bender
El Test de Bender es una herramienta proyectiva ampliamente utilizada en psicología infantil y adulta para evaluar la madurez visomotora y detectar posibles dificultades neurológicas, emocionales o cognitivas. Descubre aqui todo sobre el test.
Si tienes interés en realizar una evaluación con el Test de Bender, ya sea para ti o para un familiar, no dudes en contactarnos. Somos especialistas en psicodiagnósticos y contamos con una amplia experiencia en la aplicación de este y otros tests proyectivos.
Nuestro equipo está preparado para brindarte una atención personalizada y un informe completo para entender mejor tus necesidades.
¿Que es el test de Bender?.
El Test Gestáltico Visomotor de Bender, conocido comúnmente como Test de Bender-Gestalt, es una evaluación psicológica que consta de nueve tarjetas con diferentes figuras geométricas, cada una presentada en su propia tarjeta de aproximadamente 9 × 15 cm
Esta prueba es ampliamente utilizada por psicólogos y profesionales de la salud mental para evaluar habilidades visomotoras, desarrollo cognitivo y detectar posibles alteraciones neurológicas en personas desde los tres años de edad, tanto en niños como en adultos.
La prueba de Bender es utilizada en diversos contextos, como evaluaciones educativas, diagnósticos clínicos y estudios neurológicos, ofreciendo información clave sobre el funcionamiento cognitivo y motor.
Uso individual o grupal?
El Test Bender-Gestalt es una herramienta versátil que puede ser administrada tanto de manera individual como grupal, lo que lo convierte en un instrumento adaptable a diferentes entornos y necesidades evaluativas.
Cuando se realiza de manera individual, el evaluador tiene la posibilidad de observar con mayor detalle las respuestas y reacciones del sujeto ante cada figura, lo que permite obtener información más detallada sobre su proceso cognitivo, su coordinación visomotora y cualquier posible signo de ansiedad o frustración durante la tarea. Esta modalidad es ideal para evaluaciones clínicas profundas, donde cada detalle es crucial para el diagnóstico.
Por otro lado, la administración grupal del Test de Bender-Gestalt es una opción práctica en contextos donde se necesita evaluar a varias personas simultáneamente, como en entornos escolares, laborales o en el registro de conducir.
En estos casos, los evaluados reciben las mismas instrucciones y tarjetas de manera conjunta, y cada persona copia las figuras en su propia hoja.
Esta modalidad permite optimizar tiempo y recursos al evaluar a varios individuos al mismo tiempo, aunque puede perderse la observación detallada de cada sujeto que se logra en la evaluación individual. Aun así, sigue siendo una herramienta efectiva para medir el desarrollo visomotor y detectar posibles dificultades.
Figuras del Bender
Cada una de las nueve figuras que componen este test está cuidadosamente diseñada para desafiar la coordinación ojo-mano, la percepción visual y la capacidad de integrar ambos procesos.
Las figuras del Test de Bender-Gestalt varían en complejidad, desde formas simples, como un círculo con líneas internas, hasta patrones más complejos que requieren mayor atención y habilidades motoras para reproducirlos correctamente.
A lo largo de la prueba, me ayuda a identificar problemas específicos como dificultades en la orientación, fallos en la percepción del tamaño o distancia, o incluso bloqueos emocionales que afectan la motricidad.
Estas figuras, que parecen simples en apariencia, pero revelan una visión profunda de cómo el cerebro organiza la información visual y ejecuta respuestas motoras.
Consigna y administracion
El procedimiento es simple pero debe seguirse de manera estructurada.
El examinador proporciona al sujeto varias hojas de papel en blanco y un lápiz. La prueba se realiza en un ambiente controlado y tranquilo para evitar distracciones que puedan influir en el rendimiento del evaluado.
El evaluador muestra las tarjetas una a una, solicitando al sujeto que copie cada diseño en una hoja en blanco.
La consigna dada al sujeto es fundamental para que entienda que no se trata de una prueba de habilidad artística, sino de reproducir las figuras de la manera más precisa posible.
Algunas de las frases habituales que se emplean durante la administración de la prueba incluyen:
- «Voy a mostrarte algunas tarjetas, una a una, con un diseño sencillo en cada una de ellas».
- «Quiero que las copies lo mejor que puedas. No te preocupes por hacerlo perfecto, simplemente trata de copiar cada figura».
- «No es una prueba de dibujo, lo importante es que copies el diseño lo mejor posible».
El evaluador no brinda correcciones ni ayuda adicional una vez que el sujeto ha comenzado. Esto es crucial, ya que cualquier intervención podría alterar los resultados del test y afectar el análisis posterior.
Aunque la prueba no suele ser cronometrada, el tiempo estándar de administración oscila entre los 7 y 10 minutos. El tiempo que el sujeto emplea en completar la tarea puede ser un indicador adicional de sus habilidades visomotoras, cognitivas o emocionales. Sin embargo, lo más importante no es la rapidez, sino la precisión con la que se copian las figuras.
El orden de distribución en la hoja durante el Test de Bender-Gestalt
Cuando una persona realiza el Test de Bender-Gestalt, no solo es importante cómo dibuja cada figura, sino también dónde la ubica en la hoja. La distribución espacial de las figuras puede ofrecer valiosa información sobre la organización mental y las capacidades visomotoras del evaluado.
Por lo general, las figuras deben ser distribuidas de manera ordenada en la hoja, es decir, de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha, manteniendo un espacio lógico entre los dibujos. Un adulto o niño que distribuye las figuras de manera caótica, como amontonándolas en un solo lugar o dejando demasiado espacio entre ellas, puede estar manifestando dificultades en la planificación, organización o percepción espacial.
Por ejemplo, un sujeto que comienza dibujando una figura en el centro de la hoja y luego coloca las siguientes figuras de manera desordenada podría estar mostrando signos de un trastorno visomotor o dificultades cognitivas relacionadas con la percepción espacial. Este desorden puede observarse en personas que han sufrido daños neurológicos o que padecen algún tipo de disfunción en la integración visomotora.
El orden en que se dibujan las figuras también es un indicador clave. Un evaluado que vuelve a redibujar una figura anterior fuera de lugar, o que coloca una figura más simple al final, puede estar manifestando signos de ansiedad, confusión o problemas en la memoria operativa.
Ejemplos de como las personas dibujan en el Test de Bender:
- Secuencia sobre metódica: La persona dibuja las figuras en el mismo orden exacto sin permitir ningún cambio en la secuencia. Este patrón rígido refleja un pensamiento inflexible, típico de personas con rasgos obsesivo-compulsivos o con alta ansiedad. El dibujo sigue un orden estricto, generalmente de arriba hacia abajo, sin variaciones en el patrón.
- Secuencia metódica o lógica: La persona cambia la dirección del dibujo una o dos veces, lo que indica una buena planificación y flexibilidad cognitiva. Este tipo de secuencia demuestra un pensamiento organizado, con buen juicio y capacidad para adaptarse, lo que refleja un funcionamiento intelectual óptimo.
- Secuencia irregular: La persona cambia la dirección del dibujo más de dos veces, lo que sugiere una falta de planificación y una tendencia a actuar de manera impulsiva. Este patrón puede indicar una personalidad inestable y defensas débiles frente a la ansiedad, lo que se traduce en una lógica inestable y un rendimiento intelectual deficiente.
- Secuencia confusa: La persona dibuja sin un orden claro ni consistente, lo que refleja una desorganización total del pensamiento. Este tipo de secuencia es común en personas con trastornos psicóticos o lesiones cerebrales, ya que carecen de una estructura interna o externa. El dibujo no sigue una orientación discernible, como de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha, lo que sugiere una desintegración en su percepción del mundo y en su capacidad intelectual.
Evaluación e intrepretacion de los resultados
En el Test Bender-Gestalt, no existe una «forma correcta» única de copiar las figuras, ya que la prueba no mide habilidades artísticas o de precisión exacta. Sin embargo, el evaluador sí busca analizar ciertos aspectos clave en el proceso de copia que ofrecen información sobre el funcionamiento visomotor, cognitivo y neurológico del sujeto.
Algunos de los criterios que se tienen en cuenta durante la evaluación son:
1. Precisión en la reproducción de las figuras
La forma en que el evaluado copia las figuras geométricas proporciona información sobre su capacidad para procesar visualmente el diseño y luego reproducirlo de manera precisa. Las distorsiones, omisiones o exageraciones pueden sugerir dificultades en la coordinación visomotora o problemas perceptivos. Por ejemplo, si una figura que debe ser simétrica se dibuja de manera asimétrica, o si una línea recta se distorsiona, podría indicar problemas en la integración visual y motora.
2. Organización espacial
La manera en que el evaluado organiza las figuras en la hoja también es un aspecto importante a observar. Algunas personas pueden colocar las figuras de manera desorganizada o fuera de proporción en la hoja, lo que podría sugerir dificultades en la percepción espacial o en la planificación motora. Por otro lado, una persona que distribuye las figuras de manera clara y proporcionada puede mostrar un adecuado control de las habilidades visomotoras y espaciales.
3. Secuencia y método de copia
El proceso de cómo se copia cada figura también es valioso para el análisis. Algunos individuos pueden copiar de manera metódica y ordenada, mientras que otros podrían ser más erráticos en sus movimientos o reproducir la figura en partes desconectadas. Por ejemplo, un evaluado que dibuja primero los contornos principales y luego añade detalles puede estar mostrando una buena planificación cognitiva. En cambio, si se observan repeticiones, intentos de corregir errores o pausas prolongadas, esto puede sugerir problemas en la atención o inseguridad respecto al proceso.
4. Tamaño y proporciones
El tamaño con el que se copian las figuras en comparación con las originales también se evalúa. Una reproducción excesivamente pequeña o demasiado grande podría reflejar dificultades en el control motor fino o en la percepción del espacio. Esto puede ser importante cuando se trata de identificar problemas neurológicos o de desarrollo.
5. Velocidad y ritmo
Aunque el test no está cronometrado, la velocidad con la que el evaluado copia las figuras puede dar pistas sobre su procesamiento mental. Un ritmo excesivamente rápido podría indicar impulsividad, mientras que una velocidad demasiado lenta podría reflejar indecisión o dificultades cognitivas.
6. Errores comunes a observar
Simplificación
La simplificación ocurre cuando el evaluado reemplaza formas más complejas, como círculos, por formas más simples, como puntos. Este tipo de error indica dificultades en la reproducción exacta de los estímulos visuales, lo que puede revelar problemas de procesamiento visual o motor. En el Test de Bender, se tiene en cuenta principalmente en las figuras 1, 2, 3 y 5. Cuando un círculo es sustituido por un punto, se marca como un error de simplificación, lo que puede indicar un desarrollo visomotor inmaduro o alguna afectación en la percepción visual.
Superposición
La superposición es la capacidad para dibujar dos figuras que se intersectan o se superponen correctamente. Un error en este aspecto puede evidenciarse cuando las figuras se dibujan sin contacto o se superponen completamente, mostrando dificultades para percibir y representar la relación espacial entre objetos. En el Test de Bender, se evalúa principalmente en las figuras 6 y 7, donde se requiere que las formas estén correctamente posicionadas una sobre la otra.
Rotación
La rotación se refiere a un error en la orientación de las figuras. Si una figura es girada entre 80º y 180º en relación a la orientación original, se considera un error de rotación. Este tipo de distorsión puede indicar problemas en la percepción espacial o en la coordinación visomotora. Es un aspecto evaluado en todas las figuras del Test de Bender, ya que la correcta orientación de las formas es fundamental para la evaluación del desarrollo motor y visual.
Perseveración
La perseveración ocurre cuando el evaluado repite un patrón más allá de lo requerido por el estímulo, lo que podría indicar rigidez cognitiva o problemas en la inhibición de respuestas. Este error es más común en pacientes con lesiones en el lóbulo frontal, quienes pueden tender a reproducir el mismo patrón de forma repetitiva. En el Test de Bender, la perseveración se evalúa especialmente en las figuras 1 y 2, ya que en estas se puede observar si el evaluado continúa dibujando más allá de los límites esperados.
Dificultad en el cierre
Este error se refiere a la incapacidad de unir las partes de una figura para formar un todo coherente. La dificultad en el cierre puede señalar problemas en la integración perceptiva, lo que indica dificultades para procesar la información visual como un conjunto. Se verifica principalmente en las figuras A, 4 y 7, donde es necesario unir diferentes segmentos de la figura para completarla correctamente.
Cohesión
La cohesión hace referencia a la uniformidad en el tamaño de las figuras dibujadas. Un error en la cohesión se marca cuando el tamaño de una figura varía en un tercio o más en comparación con las otras figuras. Esto puede indicar problemas en la percepción del tamaño y la proporción, lo que puede ser síntoma de un desarrollo visomotor alterado. Este aspecto se evalúa en todas las figuras del Test de Bender.
Angulación
La angulación se refiere a la variabilidad en el ángulo de las figuras circulares. En el Test de Bender, se presta atención a los errores de angulación en las figuras 2 y 3, que contienen formas circulares. Un ángulo incorrecto en la reproducción de estas figuras puede señalar problemas en la coordinación visomotora o dificultades en la percepción espacial.
Retroceso
El retroceso ocurre cuando el evaluado sustituye una forma geométrica por otra completamente distinta. Este error refleja dificultades en la precisión visomotora o en la memoria visual del estímulo. En el Test de Bender, se puede evaluar en todas las figuras, excepto en las figuras 4 y 6, que son más simples y menos susceptibles a este tipo de error.
Coordinación motora
Este error se evidencia cuando las líneas dibujadas son temblorosas o hay un aumento de presión en ciertos puntos del dibujo. Las irregularidades en la calidad de las líneas pueden indicar problemas en la coordinación motora fina, lo que es evaluado en todas las figuras del Test de Bender. Una ejecución inestable puede sugerir dificultades en el control motor o en la regulación de la fuerza aplicada al lápiz.
Impotencia
La impotencia se manifiesta cuando el evaluado tacha las figuras o intenta redibujarlas varias veces. Este tipo de comportamiento puede reflejar frustración o dificultades para completar la tarea. En el Test de Bender, es evaluada en todas las figuras y puede ser indicativo de una autoevaluación negativa, baja tolerancia a la frustración o inseguridad en las habilidades visomotoras.
Fragmentación
La fragmentación ocurre cuando las figuras dibujadas están incompletas o fragmentadas. Este error sugiere problemas en la percepción del estímulo como un todo o dificultades para mantener la organización espacial de las figuras. Se evalúa en todas las figuras del Test de Bender, ya que la completitud del dibujo es fundamental para una correcta interpretación del resultado.
Historia ampliada del Test de Bender-Gestalt
El Test de Bender-Gestalt fue desarrollado en 1938 por la psiquiatra infantil Lauretta Bender. Inicialmente, este test se concibió como una herramienta para evaluar la madurez visomotora en niños, pero con el tiempo, se convirtió en un recurso esencial en la evaluación de trastornos neurológicos, emocionales y cognitivos tanto en niños como en adultos.
El impulso para su uso clínico llegó a finales de la década de 1930, cuando Max L. Hutt, un instructor de la Clínica Educativa del City College de Nueva York, se interesó en desarrollar un test de personalidad proyectivo no verbal. Hutt veía en el Test de Bender una oportunidad para eliminar las barreras del lenguaje y evitar que los sujetos del test filtraran o seleccionaran conscientemente sus respuestas. De esta manera, el evaluado debía enfrentarse a un problema ambiguo con instrucciones simples, como «hazlo de la manera que creas que es mejor», lo que lo forzaba a interpretar y resolver la tarea de acuerdo con su estilo personal.
Hutt desarrolló una serie de «factores de prueba» que relacionaban las características de personalidad con la forma en que las personas dibujaban las figuras del test. Aunque este trabajo preliminar no se publicó y no fue adoptado en la corriente principal de la psicología educativa de la época, contribuyó significativamente al desarrollo del Test de Bender como una herramienta de diagnóstico clínico.
Expansión del Test de Bender en el Ejército de EE. UU.
Con la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial en 1941, Max Hutt fue comisionado en el Ejército y asignado como consultor en Psicología a la Oficina del Cirujano General en Washington. Durante ese periodo, se enfrentaron a la necesidad urgente de formar y desplegar rápidamente a psiquiatras y psicólogos capacitados para diagnosticar y tratar los problemas emocionales asociados al estrés del servicio militar.
Hutt introdujo el Test de Bender-Gestalt en las clases de formación para psicólogos militares en el Brooke Army Hospital de San Antonio, Texas. En 1945, publicó y distribuyó una «Guía provisional para la administración e interpretación del Test de Bender-Gestalt», la cual fue ampliamente utilizada por los psicólogos del ejército estadounidense. Los clínicos formados por Hutt continuaron usando y enseñando este test en su vida profesional civil, haciendo que el Bender-Gestalt se convirtiera en una de las herramientas más populares en el ámbito de la psicología clínica.
Desarrollo posterior y popularización
En 1959, Hutt se reunió con el Dr. Gerald J. Briskin, un antiguo alumno y psicólogo militar, quien había utilizado extensamente el Test de Bender-Gestalt durante la Guerra de Corea. Briskin tenía una vasta experiencia en el uso del test para diagnosticar daños cerebrales y trastornos psicológicos relacionados con el estrés. Juntos decidieron recopilar sus conocimientos y experiencia en un volumen definitivo, lo que llevó a la publicación de «The Clinical use of the Revised Bender-Gestalt Test» en 1960.
Este trabajo sentó las bases para la interpretación clínica del test, y muchos de sus principios fueron adoptados por otros psicólogos en trabajos posteriores. Una de las más influyentes fue Elizabeth M. Koppitz, quien adaptó varios de los factores de puntuación de Hutt y Briskin para su obra The Bender-Gestalt Test for Young Children, haciendo que el test se popularizara aún más en el ámbito escolar y clínico.
Impacto en la psicología moderna
El Test de Bender-Gestalt se convirtió rápidamente en una de las cinco pruebas psicológicas más utilizadas por los profesionales de la salud mental, especialmente en el contexto de la psicología escolar. Desde la década de 1960 hasta principios de la década de 1990, el test fue una herramienta clave para la evaluación de niños con problemas de aprendizaje y desarrollo, así como en el diagnóstico de trastornos neurológicos y psicológicos en adultos.
Gracias a su simplicidad y a la profundidad de los análisis que permite, el Test de Bender sigue siendo un recurso esencial en la psicología moderna. Su evolución a lo largo del tiempo ha sido un reflejo de la importancia de los tests proyectivos en la evaluación de la personalidad y el funcionamiento cognitivo, además de ser una herramienta confiable y versátil en diferentes contextos clínicos.